¿Realmente se gana dinero en Youtube?
El Rubius, Auron Play, Wismichu o Isa Calderón son hoy nombres más que conocidos en nuestro país. Ídolos de la generación digital, sus canales en Youtube se cuentan por cientos de miles de suscriptores y sus vídeos por millones de reproducciones, audiencias aplastantes a las que cualquier marca querría hacer llegar su mensaje. ¿Cualquier marca? Es algo discutible sobre lo que regresaremos más tarde.
Todos ellos viven a día de hoy de su trabajo en Youtube, por mucho que la naturaleza de ese trabajo (que en ocasiones consiste en jugar a videojuegos en público, y en otras a exponer sus opiniones sobre diversos temas sin un trabajo demasiado profundo de documentación) a menudo sea menospreciado. Sus canales generan ingresos gracias a la inserción de publicidad en sus vídeos. Youtube es quien gestiona esos anuncios, que pueden mostrarse sobreimpresionados en pantalla, o en forma de spot previo a la reproducción del vídeo en cuestión. En todo caso, la monetización de esta publicidad sólo se hace efectiva cuando el usuario interactúa con el anuncio, ya sea haciendo clic sobre el hiperenlace que le remite a la página web de la marca, ya sea visionando el spot entero, sin clicar a la opción de saltárselo tras los cinco primeros segundos.
El youtuber puede vivir de su trabajo en Youtube, pero esa remuneración jamás será regular y dependerá de la popularidad de sus vídeos mes a mes. Hablamos de un medio efímero, en el que hoy estás de moda y mañana nadie te sigue. Una de las salidas más estables que puede encontrar es que algún medio de comunicación compre su canal o le contrate para producir vídeos para sus propios canales. Tras el éxito de sus distintas series de vídeos en su canal TopTrendingVideo, Atresmedia lanzó en noviembre la plataforma Flooxer, su propio portal de vídeos cortos a la carta, para el que ha fichado a populares youtubers como El Chico Morera, DuulceDeLeche o los citados Auron Play y Wismichu.
Tentar a ElRubius hubiese sido otro cantar. Con más de 18 millones de suscriptores, el canal en Youtube de Rubén Doblas es el más popular en España. No obstante, saber cuánto puede ganar su autor al mes es toda una incógnita. En primer lugar, porque todos los youtubers firman un contrato de confidencialidad con Google para no revelar con qué cifras se trabaja. En segundo, porque ellos mismos insisten en que sus ingresos pueden variar muchos de un mes a otro y, lo más importante, repiten una y otra vez que jamás se metieron en esto para ganar dinero. Esa parece ser la única estrategia válida y compartida por casi todos los youtubers de éxito para ganarse la vida haciendo vídeos: jamás plantearlo como un negocio, sino como un hobby.
Las grandes marcas andan como locas detrás de estos líderes de opinión que arrastran masas entre el target más complejo y difícil: la gente joven. El problema es que no todos los youtubers son aptos para promocionar todas las marcas, y no sólo por el público potencial al que se dirigen sus vídeos. El contenido de estos puede, en muchas ocasiones, ir en contra de la imagen de la propia marca, pues en Youtube se privilegia la gamberrada y el exabrupto. En ocasiones, el vínculo parece más que lógico: que DuulceDeLeche recomiende un producto de cosmética no tiene nada de malo, sino todo lo contrario. Pero, ¿qué marca querría asociarse a alguien como Wismichu, que no destaca por su humildad, elegancia y respeto al prójimo? ¿Se imaginan a Mr. Jagger promocionando pastillas de caldo? En Youtube se mueve dinero, mucho dinero, eso es innegable. Pero sus flujos de circulación están a veces plagados de paradojas y trampas a las que hay que estar muy atento para no meter la pata.