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Por qué las empresas deberían pensar en sus colores

La percepción que la gente tiene de una empresa o marca determinada no es aleatoria. Al contrario: es un conjunto de decisiones a las que hay que darles la importancia que merecen, desde el nombre hasta los medios publicitarios. Todas estas decisiones tienen que ir en consonancia con la filosofía de la empresa, con sus ideales y sus objetivos, y en este campo no hay nada más efectivo que el color.

Estas son las razones por las que la sabia elección del color debe ser, de ahora en adelante, tu mantra empresarial:

1. Los colores transmiten ideas. Los colores son también conceptos, y pueden ayudar a una empresa a potenciar su filosofía y mensaje, a quedarse en la retina de los clientes de forma más rápida que un logo o un eslogan.

2. Los colores son emociones. Como veremos más abajo, los colores son capaces de transmitir por sí mismos distintas emociones, asociadas a éstos de forma cultural o, como indican algunos estudios, como resultado de una reacción física y psicológica.

3. Se puede combinar con la temática de la empresa. Esto es importante: dependiendo de cuál es la materia sobre la que trabaja la empresa en cuestión, el color será uno u otro. Para saber cuál es más adecuado, te recomendamos mirar las explicaciones por colores que hemos preparado en la segunda parte de este artículo.

4. Es un elemento para potenciar la publicidad. Un color puede convertirse en una auténtica campaña de marketing. Un lip dub con carácter viral en el que todos los trabajadores de una empresa lleven una camiseta del mismo color puede convertir a ‘esa empresa que hace X cosas’ a ‘esa empresa del color X’. Y puede parecer algo menor, pero la diferencia en el recuerdo de la marca se nota.

5. Puedes distanciarte de la competencia. Los colores, además de añadir significados, también crean la diferencia. Como no todos somos iguales, es una buena manera de distanciarte de la competencia.

Un color, una emoción

Pero, ¿qué significa cada color?

ROJO. Si hay que escoger una palabra para definir este color, sin duda sería ‘intensidad’. El rojo tiene un amplio abanico de significados ancestrales, pero estamos de acuerdo que algo rojo es alegre (Coca-Cola), aunque también en muchos contextos peligroso (señales de tráfico). Cuando asociamos este color a una marca, nos lleva a la aventura, la energía y la vitalidad. Ser rojo es estar vivo. Algunos estudios indican que puede provocar subidas de la presión sanguínea, e incluso hambre, por lo que es interesante que empresas de este sector tengan en cuenta este color no sólo para su logo, sino también para sus campañas publicitarias.

VERDE. La relación es fácil: naturaleza, ecológico, vegetación. El verde es el color de las marcas ecologistas, y funciona perfectamente en este campo. Greenpeace es un buen ejemplo de ello. No es sólo que este color nos lleve a la vegetación, sino que consigo viajan una serie de valores que una empresa puede estar interesada en potenciar, sobre todo teniendo en cuenta el tipo de negocio que esté llevando.

AMARILLO / NARANJA. Hablamos de estos dos colores de forma conjunta porque se complementan muy bien entre sí. Ambos nos transmiten una idea clara: verano, calor, diversión. No es de extrañar que marcas de refresco como Fanta se sirvan de estos colores para sus campañas: son colores frescos y que rezuman naturalidad. Además, estos dos colores, junto con el rojo, que también es bastante parejo, tienen un público muy concreto al que poder dedicarse: la juventud. No es que las personas mayores no puedan verse atraídas por esta gama de colores, pero es innegable que todas esas sensaciones que comentábamos son mucho más palpables en una audiencia más joven.

ROSA. Con este color entramos en un terreno algo pantanoso. Lo rosa se ha usado tradicionalmente con los productos asociados a la feminidad. El rosa es el color de las mujeres. Pero no se nos escapa que las cosas cambian, y que cada vez se rechazan con más fuerza las convenciones sociales. Que el rosa sea un color solamente aplicable a lo femenino y lo infantil es una de esas convenciones, por lo que esas sensaciones de fragilidad y suavidad que transmite el color en sí pueden servirnos para dar una vuelta de tuerca al asunto. Si hay algo peor que no conocer los colores que se utilizan es utilizarlos cayendo en los estereotipos.

AZUL. Aunque muchas veces se ha asociado el azul con la mentira, lo cierto es que sus significados más usuales, comprobados gracias a diversos estudios de percepción psicológica, son los siguientes: éxito, lealtad, autoridad y confianza. El azul es un color que nos hace sentirnos seguros, y es por eso que es uno de los colores más utilizados en el ‘branding’. Un buen ejemplo son los bancos como el Sabadell, que lo tienen bien presente como una insignia de la empresa. También es fácil encontrarlo en el ámbito farmacéutico y médico.

NEGRO. Es elegancia, y no sólo a la hora de vestir. El negro es un color que ‘pega con todo’, como te diría tu madre en un día de compras, y es por eso que resulta tan útil. Es un color atractivo, seguro de sí mismo y con un toque de misterio que encandila a los clientes. Se suele asociar con marcas que gozan de una clientela con alto poder adquisitivo, como es claramente el caso de las empresas de joyería.

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