Según las estadísticas, en lo que llevamos de año los Estados Unidos se han gastado cerca de 9,6 billones de dólares de publicidad en Digital Video Ads (anuncios en los vídeos de internet), superando así la cifra de todo el año 2015. Las previsiones no son menores: se calcula que en sólo tres años, el gasto llegará hasta los 15 billones, y subiendo.
Es innegable, en estas circunstancias, que la publicidad en los vídeos está ganando cada vez más fuerza e importancia, por una razón muy sencilla: porque funciona. Si el tiempo que invertimos en Youtube ha aumentado un 74% este año y el consumo de la televisión se derrumba poco a poco, es de suponer que la influencia de lo que se promocione en la red será mayor, aunque depende también de la forma en que se exhiba (ya hemos hablado en este blog en otras ocasiones de formas de llegar al usuario: storytelling, unboxing y otras formas de no cometer errores).
El articulista Noël Paasch relata en Think with Google la experiencia que vivieron durante un año en un laboratorio de creación de DVA, extrayendo unas conclusiones que aquí os resumimos.
Lección 1: La experimentación conduce a la innovación
Lo primero que hay que aceptar es que, como Jon Snow, no sabemos nada. ¿Quién puede saber a ciencia cierta lo que funciona y lo que no en un mundo en constante cambio? No sólo tecnológico, sino también social. Por eso Paasch habla de una necesidad de constante experimentación. La publicidad no puede quedarse estancada en una misma posición, sino que tiene que navegar al mismo ritmo que las olas.
En este sentido, cabe diferenciar entre ‘probar’ y ‘experimentar’. El primero se limita a ver cuál de las opciones que se encuentran sobre la mesa funciona mejor en base a unas pruebas, mientras que la segunda va más allá, busca nuevas maneras de pensar las cosas y, en consecuencia, alcanza preguntas más profundas y trascendentales. Se trata de hacer las preguntas correctas para encontrar las respuestas importantes.
Consejo: empieza por las verdades universales y de ahí hacia la experimentación. Explora lo desconocido y prueba si funciona o no, con la capacidad de poder cambiar de perspectiva. Persigue las respuestas que todo el mundo quiere saber, pero nadie ha abordado aún.
Lección 2: El vídeo digital es fácil si eres ingenioso
Una de las lecciones que más hemos destacado en este blog es que no hacen falta grandes presupuestos e ilimitados recursos para conseguir que tu contenido llegue a mucha gente. Lo más importante, a fin de cuentas, es la originalidad y el ingenio. Hay que saber aprovechar lo que se tiene, y hacer con ello algo que valga la pena. Uno de los consejos que nos da Paasch es reutilizar contenidos antiguos y jugar con ellos dándoles formas nuevas.
Consejo: La baja inversión de tiempo y dinero significa que los riesgos son también más bajos, por lo que son libres para producir muchas y diversas versiones y comprobar cuál de ellas funciona mejor.
Lección 3: Que no te dé miedo romper las reglas
Esto no es un manual, y seguro que nadie puede enseñarte a hacer publicidad infalible con normas clásicas. A veces, lo que mejor funciona es la innovación, romper con lo establecido y captar así la atención del usuario. Las marcas que más llaman la atención son aquellas capaces de reinventar el concepto de publicidad.
Consejo: Prueba algo nuevo.
Para conseguir un cambio en tu organización, sea del tipo que sea, tendrás que desafiar lo establecido y experimentar con las nuevas formas, recursos e historias que la vida nos ofrece.
El último consejo que te daremos es algo muy sencillo: estar al día de todo. Enterarte de las novedades y los nuevos recursos que se encuentran dentro de tus posibilidades. El que vive desconectado del mundo jamás llegará a conectar con sus clientes potenciales. Sólo viviendo en el presente se puede tener éxito en la publicidad online.